Tras varios meses de permanecer
cerrados por el contexto que generó la pandemia, en todo el mundo los comercios
están volviendo a abrir. Pero la modalidad de trabajo ya no es como antes.
El distanciamiento fÃsico es la
norma, y tanto los clientes como el personal deben protegerse a sà mismos y a los
demás para sentirse y mantenerse seguros. Por ello, no solo el uso de barbijos,
guantes y otras medidas se mantienen obligatorias. Durante la etapa de
selección de productos y pago al concretar la compra, también se deben respetar
las reglas de distancia fÃsica.
Entre los medios de pago electrónico, además de las tarjetas de crédito y débito, las compras online y el uso de códigos QR, empieza a crecer la experiencia âcontactlessâ, que cumple con los requisitos y protocolos sanitarios.
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Se puede utilizar a través de un smartphone o tablet con cámara incorporada. Cuando el cliente elige el producto, escanea el código de barras con celular, agrega su compra al carro fÃsico y virtual y, una vez terminada la selección, paga desde el mismo aparato sin necesidad de ir a ninguna caja.
Finalmente, se muestra una página
de confirmación para el agente de seguridad designado haga la verificación de
productos y el pago correspondiente. Una de las principales ventajas de este
tipo de experiencia de compra, además de la distancia fÃsica, es que el cliente
puede acceder a toda la información del producto que desee adquirir, ya que la
etiqueta fÃsica, que tiene limitaciones de espacio, ahora es digital. Esto
permite incluir todos aquellos datos que agregan valor.
Es probable que este tipo de experiencia de compra comience a masificarse desde este año. Sin dudas, es un paso fundamental hacia la conversión del comercio minorista tradicional a uno que se enmarque realmente en el concepto Smart City, utilizando la tecnologÃa para favorecer a sus clientes y ofreciendo un factor diferencial a la hora de elegir un negocio en particular.