Si la digitalización ya estaba generando un cambio de hábitos de consumo, la pandemia ha acelerado la tendencia. El retail, o comercio minorista, es uno de los sectores más afectados, ya que se han disparado las ventas online en detrimento de la compra fÃsica.
Sin dudas, esta situación supone una transformación que va más allá de este ámbito en concreto y abarca la sociedad en su conjunto: la movilidad, la logÃstica, los sectores inmobiliario y bancario e incluso la configuración de la propia ciudad.
En este contexto, surgen diversas preguntas relativas al retail. ¿Qué papel jugará el comercio de calles y avenidas dentro de estas nuevas tendencias? ¿De qué manera se pueden incorporar los beneficios del ecommerce? ¿Cómo fomentar prácticas de sustentabilidad y equilibrio social?
Un modelo hÃbrido
Un punto de partida es establecer en qué estado se encuentra el comercio tradicional, qué importancia tiene para la ciudad y cómo impulsarlo.
La conclusión es que se debe avanzar hacia un modelo hÃbrido. Que por un lado recurra a la digitalización para satisfacer la demanda de los que valoran la comodidad del ecommerce. Pero al mismo tiempo, se debe reforzar la experiencia de compra para aquellos clientes que prefieran el modelo presencial.
De hecho, también se está produciendo la corriente inversa: cada vez más comercios nacidos en la red buscan una presencia fÃsica para fortalecer su marca, su visibilidad y la atención al cliente.
El retail se está transformando de manera profunda. El esfuerzo debe enfocarse en que el comercio tradicional, tan importante para la identidad de las ciudades, se mantenga vigente. El ecommerce es una buena herramienta para sostenerlo si se fomenta la colaboración entre ambos mundos. Lo ideal es que se complemente con una planificación de la movilidad verde y el reparto de última milla sin emisiones.
Está claro que ambos mundos ya están conviviendo y esa modalidad hÃbrida demuestra ser rentable. Incluso hay ejemplos de marcas y emprendimientos que nacieron online pero que comprobaron que abrir una tienda fÃsica favorece las ventas. En esos casos, probablemente, el local fÃsico se irá transformando en un showroom, un espacio diferencial que proporcione una experiencia y que permita al cliente sentirse parte de una comunidad.
El comercio electrónico debe convertirse en un complemento del fÃsico, ya que funciona como una fuente de oportunidades para que una tienda llegue a más públicos y se relacione de manera distinta con los clientes.
Al mismo tiempo, vender online pero mantener presencia fÃsica es clave porque se prestan servicios relacionados con el asesoramiento, el contacto cara a cara y las experiencias personalizadas en la atención.
El futuro del comercio tradicional no se puede analizar de manera aislada. Es clave ponerlo en el contexto de las nuevas tendencias digitales y los hábitos de consumo que surgieron o se consolidaron a partir de la pandemia. Pero también es necesario considerar la necesidad de un sistema de entregas más sustentable, una logÃstica más automatizada y eficaz, y una concepción innovadora de los centros urbanos, que fomente una mejor calidad de vida, que esté más cohesionada y que, en definitiva, sea un espacio de convivencia.