En los últimos años, tendencias e indicadores trazan un panorama complicado para los locales comerciales tradicionales. Internet y el e-commerce por un lado, y los cambios en los hábitos de consumo han hecho que los modelos tradicionales necesiten reinventarse.
Pero al mismo tiempo que se describe un panorama de complicaciones, existen indicadores que demuestran que el comercio tradicional aún tiene vida para rato. Por ejemplo, gigantes del comercio digital como Amazon están invirtiendo en una red propia de locales fÃsicos.
Es verdad que el comercio minorista tradicional está registrando problemas en su estructura clásica, pero es mentira que esté condenado a ser absorbido por el mundo digital.
En realidad, está llamado a reinventarse. Las empresas y las marcas todavÃa lo consideran una pieza clave en sus estrategias de marketing y de ventas. Además, distintas encuestas demuestras que, para los consumidores, la tienda fÃsica sigue siendo muy importante.
Pero a pesar de esta relación sentimental, no se puede ignorar que el contexto y la dinámica del mercado son mucho más complejos que hace unos años. No se trata de un choque entre el e-commerce y el comercio tradicional, sino un comportamiento fluido del consumidor, que lo lleva continuamente de un canal a otro. Por ejemplo, buscan y analizan productos online, pero los compran en el local, y viceversa.
Entre otros factores, el comercio electrónico crece porque, los consumidores investigan cada vez más online qué van a comprar en el mundo fÃsico. No sólo necesitan ver el producto en el local, sino también conocer su ficha técnica o las opiniones de otros compradores.
En definitiva, tanto la experiencia fÃsica como el mundo digital forman parte del mismo proceso, se integran y se relacionan para que los consumidores generen una conexión con los productos en diferentes etapas.
Fuente: Puro Marketing.