La presencia online de los
productos de nuestro negocio fÃsico y la posibilidad de venderlos a través de
plataformas digitales representa un canal que puede ayudarnos a incrementar las
ventas. En primer lugar, porque se llega a nuevos públicos, tanto en nuestro ámbito
de comercialización habitual (barrio, ciudad), como a nivel regional.
Existen diversas formas de
hacerlo. Por un lado, se puede crear una tienda online propia. Pero también se
puede acceder a un marketplace de terceros (Amazon, Mercado Libre, etc). Ambas
posibilidades tienen sus ventajas e inconvenientes.
Por ejemplo, vender en Amazon proporciona
un alto nivel de visibilidad. Pero al mismo tiempo existe una gran competencia
de precios y el margen de ganancia se reduce. Además, implica adaptarse a
distintas polÃticas, como la de devoluciones; poner a su disposición la
información sobre los productos que comercializamos; o depender de sus
algoritmos de búsqueda.
Pero también es verdad que se
puede diseñar una estrategia que combine ambas opciones. Tener un comercio online
y vender en una plataforma de terceros es complementario. Al momento del
lanzamiento, es lógico que no tengamos tráfico, pero esos actores sà lo tienen.
Arrancar la etapa online con presencia en marketplaces servirá para concretar las
primeras ventas y asà se podrá ir tomando fuerza.
No hace falta subir todo el
catálogo de productos a esas plataformas, sino una selección de artÃculos. Probar
su evolución en ese canal nos servirá para tomar decisiones más adelante.
Lo que debe tener una buena tienda online
Crear una tienda online propia sirve para construir una imagen de marca potente. Pero su desarrollo técnico no es lo único importante. Necesitamos un plan de negocios, conocimientos en marketing online, tiempo y un presupuesto acorde con los objetivos.
Suele suceder que las tiendas
online que destinan casi todo su presupuesto a la creación de su ecommerce, después
ya no tienen dinero para planificar la captación de tráfico. De esa manera, es
como tener un local fÃsico muy atractivo, pero en el medio de desierto.
Para saber cómo invertir en ese
desarrollo, es esencial hacer un análisis previo de nuestro producto, nuestro
nicho de mercado y nuestra competencia. También es fundamental elegir
correctamente el socio tecnológico que será el encargado de implementar el
modelo de negocio en el canal online y hacer el seguimiento de su evolución y
mantenimiento. También hay que tener en cuenta el marketing online para dar a
conocer el negocio y fidelizar a los visitantes.
Otras claves pasan por contar con
productos que tengan precios competitivos, un diseño atractivo, usabilidad y compatibilidad
con dispositivos móviles. Asimismo, es imprescindible que las condiciones de
devolución estén claras.
Un elemento diferencial clave es
que una tienda online debe inspirar confianza. Esto puede potenciarse con datos
de contactos, métodos de pagos reconocidos o sellos de confianza que
certifiquen sus operaciones.
Ya tengo mi ecommerce ¿y ahora qué?
Crear una tienda online es solo el primer paso. Luego viene la etapa de probar canales de ventas, optimizar procesos, mejorar las fichas de los productos, la atención al cliente, la logÃstica y otros elementos. Una ventaja de estos procesos de mejora es que Internet permite medir casi todos los indicadores. Eso hace más fácil ver qué estamos haciendo mal y trazar soluciones para mejorar.
Uno de los temas a cuidar en nuestra presencia online son los contenidos. Si el consumidor ingresa un par de veces y ve siempre los mismos productos, tendrá la misma sensación que siente cuando una vidriera fÃsica no se recambia. A la rotación de publicaciones hay que acompañarla con una dinamización de los productos, banners, noticias y entradas con el fin de que los clientes descubran novedades e interactúen con la plataforma.
Fuente: El Periódico.