El poder
de lo local ha ido quedando claro en los últimos años, cuando las marcas se han
ido centrando más y más en este elemento como vÃa para llegar a los
consumidores. La condición de ser un producto local, cercano, se ha asentado ya
como un valor al alza para cerrar una venta y en una cuestión destacada para
impulsar la conexión con el consumidor.
De hecho,
los analistas ya empiezan a ver claro que lo local se puede convertir en un
activo muy potente no solo en el proceso de venta sino también a la hora de
establecer cuáles son los valores de la marca y su identidad.
Entre los
grandes elementos que marcan ahora las decisiones de los consumidores y, por
tanto, la construcción de la imagen de las marcas está también la proximidad.
Las marcas deben centrarse ahora en la autenticidad, la identidad, la nostalgia
y lo local. Tienen que ser originales, activas, creativas y auténticas. Son
exigencias complicadas, pero para las que las empresas necesitan tener
respuesta.
La
mayorÃa de los consumidores disfruta de los contenidos de otras décadas. No
solo se trata de que acepten esas cosas, sino que además muchos de ellos se
sienten atraÃdos por aquellas marcas que han sabido apuntarse a la nostalgia y
que juegan con esos activos como parte de esa identidad. Es un porcentaje muy
importante, tanto como el que apunta hacia lo próximo y cercano.
Dado que
los consumidores esperan que las marcas sean cada vez más auténticas y que
conecten con ellos haciendo que se sientan individuos y no parte de una masa
indistinta, también valoran los elementos locales y quieren que las marcas
transmitan esa sensación de local, de cercano. Y muchas veces eso sólo lo
brindan las marcas locales y los productos que estas fabrican.
Por otro
lado, lo local viene asociado a la vuelta de los consumidores a lo básico.
Quieren cosas simples y auténticas y ahà es donde entra el poder de lo local. La comida es el ejemplo más claro del
cambio.
Algunos ejemplos
concretos se encuentran en el crecimiento de los locavores, consumidores que
buscan comida hiperlocal en sus acciones de consumo, y en el pico del consumo
de productos de temporada y de producción de los agricultores locales. El boom
de los alcoholes artesanales, por ejemplo, está muy vinculado a este tipo de pautas
de consumo.
La comida
es, en general, uno de los mejores ejemplos para comprender esta tendencia
hacia lo local. Una de las grandes tendencias de 2019 es el "somos lo que
comemos". Eso implicaba un uso de la comida como vÃa para la salud, pero
también un cambio en cómo se compraban las cosas.
En este
sentido, los consumidores iban a querer productos que se producÃan cerca de
casa y este año iba a ser el gran año de la community-sourced agriculture (el
consumidor conecta directamente con el agricultor).
Fuente: Puro Marketing.