La digitalización ha llegado al
sector para quedarse. Varias transformaciones tecnológicas han generado nuevas
formas de relacionamiento con el consumidor en el nuevo entorno omnicanal,
donde entran en juego tecnologÃas como Internet, telefonÃa móvil, Internet de
las cosas, las redes sociales o el big data.
Los datos se han convertido en la
nueva materia prima del sector de la moda. Los call centers, la página web, la
interacción en la tienda fÃsica o el engagement en las redes sociales aportan
cada vez más datos sobre cómo y cuáles son los principales gustos de sus
clientes. Y esto, a su vez, genera nuevos modelos de funcionamiento y de
interacción con los consumidores.
Los grandes actores de la venta
digital han hecho de los datos un combustible clave en su propuesta de valor
con sus clientes. Conocerlos (a partir de millones de datos sobre su
comportamiento), posibilita a empresas digitar una personalización y
segmentación sin precedentes, asà como lograr interacción y comunicación
completamente nuevas.
Ante este panorama, algunos de los
desafÃos que se presentan son: descubrir cuál es el lÃmite de estos datos y
usarlos como ventaja en lugar de limitación; identificar qué datos benefician
más a cada rubro; y la discriminación en valor de los datos.
Las primeras preguntas que hay
que plantearse antes de extraer la información necesaria son ¿Qué datos
necesito para comprender a mis clientes? y ¿Cómo los puedo conseguir? Es clave entender
a los clientes a través de las instancias de interacción.
El rendimiento en redes sociales
a través de comentarios, interacciones, visibilidad o número de búsquedas;
clics, impresiones y conversiones; comportamiento de la web, la actividad en
lÃnea; el análisis de las palabras clave, las tendencias del mercado, o el
análisis de la competencia son algunos de los principales datos que se pueden
extraer.
Pero la mera recopilación de
datos no es sinónimo de éxito, ya que la calidad es más relevante que la
cantidad. La discriminación de valor, por consiguiente, es otro de los pasos
para realizar una correcta gestión de los datos.
Para ello, es necesario tener
claros los objetivos que queremos conseguir con el uso de esos datos. Algunos
pueden servir para fines comerciales y otros para mejorar los servicios, por
ejemplo.
Fuente: Moda.es