La irrupción de nuevos canales de compra y la evolución de los hábitos de consumo, impulsados por el desarrollo tecnológico, han generado cambios en los formatos comerciales tradicionales.
Mejorar la experiencia de
cliente
Abarca la oferta de experiencias
en el local que proporcionen un valor agregado. Por ejemplo, catas de productos
o talleres. Además de aprovechar innovaciones tecnológicas como probadores
inteligentes. Esto es indispensable para incrementar la capacidad de atracción
de consumidores, interesados por vivir la propuesta diferencial que se
desarrolla en el interior del comercio.
La unión de ambos factores
ayudará a reducir las colas en cajas, a ofrecer nuevas formas de pago y de
envÃo de productos, y a proporcionar acceso a una información de valor. En
definitiva, a facilitar a los clientes mejores experiencias de compra.
Integrar los canales de venta
La omnicanalidad es en un factor
esencial a la hora de diseñar la experiencia de compra y los recorridos de
cliente. Pero ofrecer una experiencia homogénea entre todos los canales no solo
mejora la satisfacción del cliente, sino que ayuda a simplificar y optimizar la
gestión interna. Por ejemplo, integrar las existencias permite evitar roturas
de stock y facilita la trazabilidad de los productos.
La transformación del comercio
para afrontar los nuevos desafÃos es necesaria, pero no debe ser radical ni
abrupta. Las herramientas que ofrece la tecnologÃa deben incorporarse de acuerdo
a la estrategia de negocios que se diseñe y en una escala acorde al perfil de
cada pyme comercial.
Fuente: Prodware.